Una sola huma-unidad

ESTELLA / LIZARRA   5, 6 y 7 de Julio de 2024

ANA ESPIGA IN MEMORIAM

LA UNIÓN DE LA ENTREGA Y LA ALEGRÍA

 

Tanta alegría que derrochaba, tanta energía incontenida, sobre todo tantas ganas de ayudar y servir a los demás pareciera que sortearían todos los tiempos previamente ya establecidos. Si alguien podía burlar la hora era ella, con su sonrisa permanentemente encendida, con su pensamiento siempre puesto más en el prójimo que en ella misma. Pero incluso la sonrisa permanente un día ha de tomar aliento, reposar, para de nuevo volver a bajar, si cabe aún, más espléndida.

 

En su corazón grande reunía lo mejor del Sur y del Norte, la alegría andaluza y el ordenamiento y la planificación de nuestras tierras. Por eso nos la peleábamos, por eso la queríamos tanto arriba y abajo, por eso no le olvidaremos, la tendremos tan presente en los círculos del verano que ya se están acercando.

 

La última vez que vino al Foro Espiritual de su ciudad natal le acompañaba un grupo de extraordinarias mujeres sevillanas. Nada más llegar recorrieron los campos buscando flores para embellecer el altar. Después entraron en una cocina inundada de bandejas sucias y lo dejaron todo como una patena. Es difícil olvidar a mujeres que llegan de tan lejos y sólo acercan flores, alegría y entrega, amén de ese hablar cantarín y feliz que tanto evidencia nuestra parquedad emocional. Otro verano Ana vino al campamento para acompañar a un ser que estaba saliendo de su noche más oscura y de nuevo ofrecimiento para las más diversas tareas de servicio que no le correspondían.

 

Tuve en suerte visitarla en el último piso de su particular Giralda sevillana, como si hubiera escalado cercanía de los cielos para preparar aleteo. Aquel refugio entre el cielo y la tierra evidenciaba fuera la belleza que ella llevaba dentro. Allí pude constatar cómo afronta la enfermedad una guerrera, no de ceño fruncido, sino de corazón y alma abierta al Superior Designio. En esa paz tan cercana a la Paz que en Ley le corresponde, no entre las máquinas de un aséptico hospital, ha querido entregar su alma al Inombrable. Ya enferma, las pocas veces que hablamos por teléfono, pareciera que le aquejara más el dolor del mundo, que el suyo propio. En su whasap estaban los niños palestinos, no la enfermedad que le cronometraba ya impaciente los días en la carne.

Vendrás con nosotros a todas partes este verano, querida Ana. Te colocaremos en nuestros floridos altares, sobre todo en el altar de nuestro corazón hoy, con tu venia, un poquito arrugado. Vendrás porque queremos honrarte, sobre todo porque queremos que alguien nos recuerde constantemente que, por encima de todo, la vida era belleza, alegría y entrega; que tomábamos cuerpo en el anhelo de entronizarlas en la Tierra.

 

¡Gloria a esta alma generosa que recién esta pasada noche culmina misión! Vuela alto querida hermana, porque si algo escala en las Moradas del Misterio sin Nombre, es esa entrega y sonrisa hechas una. Tú que uniste Norte y Sur, Navarra y Sevilla, une ahora lo visible y lo invisible, la materia y el aparente vacío, para que seamos sólo Uno intentando iluminar este bendito planeta en su hora también decisiva.

 

Siempre, siempre en nuestros corazones.

EMILIANO SIEMPRE EN NUESTRO CORAZÓN

A veces las vacaciones son sólo un cambio de oficina, un portátil reposado entre las piernas, que no en la tabla de pino, un correr cercano del agua helada de Urbasa, una brisa más revoltosa, juguetona y por lo tanto agradable... A veces son sólo unos minutos de paz para recordar y evocar al hermano entrañable que emprende el vuelo. Las innumerables escenas compartidas se agolpan en esta mañana de sorpresiva tranquilidad junto al río.

 

Emiliano y su inseparable Manoli, que le ha asistido hasta el último momento en la tierra, lo dieron todo por las iniciativas que organizábamos. Él compró las grandes cacerolas, los grandes termos y el utilaje culinario que seguimos usando. Sabía que vendría el tiempo de las fraternales comidas en multitud.

 

Él me enseñó a cocinar para grandes grupos. Me honra haber sido su discípulo y no sólo ante los siempre intensos fogones. Ellos revolvieron las grandes cacerolas, ya fuera en las peregrinaciones multitudinarias a Santiago, ya en El Foro Espiritual de Estella. Estuvimos juntos en el nacimiento de la Red Ibérica de Luz (1998), en la Peregrinación por la paz en el País Vasco (2004) y en tantos eventos que nos apoyó.

 

Ya muy sobrepasados los setenta años, le lancé un nuevo SOS para que cocinara para el Foro Espiritual de Estella y volvieron a subir a Navarra, dejándolo todo para implicarse en un jaleo una vez más agotador, para vestir por última vez delantal junto a nosotros.

 

Tamaña fidelidad y amistad, debía haber encontrado más correspondencia. Seguimos sin hacer hueco para las cosas más importantes como es acompañar el paso del buen amigo cuando renquea. Puesto que él siempre se dio por entero, debía haber ido más veces hasta el metro de Alcobendas. Él salió a buscarme este pasado invierno con un andar ya torpe, pero un espíritu igual de robusto que siempre. Se encontraba ya en los huesos, pero su sonrisa plena y madura no dejaba de asomar en su mirada hundida.

 

Ojalá organicemos y llevemos a cabo un merecido homenaje. En el Retiro de Madrid nos podríamos reunir las almas que estamos tan agradecidas por este hombre ejemplar que se dio por entero a los ideales espirituales, también a las causas sociales. En tanto en cuanto llega ese bien ganado círculo de homenaje, vaya este abrazo, profundo, fraterno a este hermano que de seguro ya se va ubicando en las esferas de la más pristina luz.

* En la imagen Emiliano con su querida Manoli. Ayer hablamos largo con ella por teléfono y nos transmitió la envidiable paz con la que Emiliano había agotado su aliento en la Tierra. ¡Descanse ahora en la Suprema Paz sin el lastre del cuerpo.!

ANDRÉS HITA IN MEMORIAM

 

No hubo abrazo de despedida, se imponían por lo tanto postreras, siquiera breves letras de profundo agradecimiento. Tantas cosas nos has mostrado, querido Andrés. La primera es que la más feroz enfermedad no tiene por qué arrancar la sonrisa de unos ojos. En la medida que perdías carne, fuiste ganando en Presencia. Se apagaba tu cuerpo y crecía tu enseñanza de serenidad y suprema aceptación. La segunda, no menos importante, tu actitud perenne, generosa de disponibilidad y servicio. 
Habías sudado todo lo que daba de sí tu cuerpo ya enjuto. Merecías bóvedas sin límite, cantos sin fin, hermandad perenne. Viaja a los “temaskales” que nunca se apagan, a la vera de las piedras que nunca crujen, al espacio de la Naturaleza siempre virgen. Quienes todo lo dan en la tierra, todo lo heredan en los cielos. 
Los mejores siempre os confabuláis para escaparos. Te echaremos en falta marino entrañable clavado tierra adentro. Toma delantera. Busca tú allí Arriba las resinas para el fuego inmortal que nunca calla, que no necesita ni prieto haya, ni gastado papel, ni efímera mecha…, que reunirá nuestros cuentos, nuestros cantos, que alumbrará por siempre nuestra extensa y florida hermandad. 
Tentados estábamos de decir que Estella, su banda de música, su movimiento obrero, su orilla del mar que seguiremos imaginando…, pierden con tu ausencia física, sin embargo, preferimos pensar que Estella ganará con tu recuerdo de entrega sin fisuras, con tu memoria de nobleza humana que siempre será con nosotros/as. 
No sabemos cuándo nos tocará la siguiente “puerta” en este ancho y pasajero templo de experimentación y sanación, cuántos bosques aún pasearemos en busca de ramas secas... Desconocemos tantas cosas. Ignoramos si, en el ya cercano Foro Espiritual, habrá “temaskal”, si tus compañeros del Camino Rojo, en tu ausencia cogerán tus mástiles y mantas y levantarán cabaña de sudación…. Ignoramos sobre cuántas rocas al rojos vivo se derramarán nuestros arroyos de adentro. Sin embargo, nos consta que nuestro hermano en el Sendero, que ahora sólo se desviste de cuerpo, permanecerá por siempre en el refugio también profundo, íntimo y sagrado de nuestros corazones. 
Tus amigos y amigas del Foro de Estella